Vitamina C → La luz interior

• Revitaliza, ilumina y unifica el tono. Simbólicamente, representa el sol que incluso las criaturas de la noche guardan en su interior.

Niacinamida → La calma restaurada

• Reduce imperfecciones y equilibra la piel. En nuestro ritual, es la paz que regresa tras siglos de tormenta.
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Colágeno → El hilo del tiempo

• Rellena, reafirma y devuelve elasticidad. Simboliza la unión de pasado y presente, como un tejido que nunca se rompe.
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Células madre vegetales → Renacimiento puro

• Estimulan la regeneración y protegen frente al daño. Son el brote nuevo que surge incluso en la tierra más vieja.
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Manzanilla → Caricia de luna

• Calma y suaviza la piel. Evoca el abrazo que cura sin dejar huella.

Romero → Fuerza y memoria

• Estimula la circulación y tonifica. Representa la vitalidad y la claridad mental.
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Agua de rosas damascena → Perfume eterno

• Hidratante, tonificante y suavizante. Es el aroma que sobrevive al tiempo.

Hamamelis → El sello sagrado

• Purifica, cierra poros y protege. Es el pacto final de protección sobre la piel.

Retinol → El borrador de sombras

• Renueva, suaviza líneas y manchas. Simbólicamente, elimina las huellas del dolor.
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Ácido hialurónico → El manantial secreto

• Aporta hidratación profunda. Es la fuente que devuelve vida a la piel reseca por los siglos.
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Cafeína → La mirada despierta

• Desinflama y activa la circulación. Es el destello en los ojos que jamás se apaga.

Cúrcuma → Oro vivo

• Ilumina y protege. Representa el resplandor que Clarimonda llevó de vuelta al mundo.
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Biotina → Raíces fuertes

• Fortalece cabello, uñas y piel. Es la fuerza estructural que se siente y se ve.

Aceites de salvado de arroz, argán, coco y ricino → El néctar de la tierra

• Nutren, suavizan y protegen. Son el abrazo graso y cálido que preserva la piel.
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Vitaminas E, F, B5 → Escudo vital

• Antioxidantes, reparadoras y protectoras. Simbolizan la barrera que detiene el desgaste.

Extracto de lila → Primavera eterna

• Purifica y calma. Representa frescura y limpieza espiritual.

Mucina de caracol → El restaurador de leyendas

• Regenera y suaviza cicatrices. Es la segunda oportunidad que recibe cada célula.
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Centella asiática → Curación paciente

• Regenera, calma e hidrata. Simboliza la fuerza silenciosa.

Té verde → Vigilia y protección

• Antioxidante y revitalizante. Es el guardián que vigila la juventud de la piel.
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Escualano → El velo invisible

• Hidrata y retiene humedad. Es el manto protector que preserva la belleza.
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Aloe barbadensis → El bálsamo inmortal

• Calma, hidrata y regenera. Es la medicina verde que viaja desde la antigüedad.

Alantoína → El cierre perfecto

• Cicatriza y suaviza. Representa la última palabra del conjuro: “Renace”.