EL ORIGEN

La Resurrección de Clarimonda

✴︎ He estado enamorada, pero nunca he estado muerta ✴︎

La verdadera historia de Clarimonda

He estado enamorada, sí. Pero nunca he estado muerta.

Romualdo y su abad creyeron que mi existencia podía apagarse con un poco de agua bendita y una pala de tierra. Pensaron que podían sellarme entre cuatro tablas y olvidarme, como se olvida un libro escandaloso en el fondo de una biblioteca. Se equivocaron.

Subestimaron a la gran Clarimonda.

La mujer, sí, tenía el corazón roto.

La amante fue traicionada.

Pero la vampira…

La vampira sobrevivió.

No fue un beso de amor lo que me devolvió a la vida. Fue el deseo, la rabia y la voluntad de volver. Fue mi vínculo profundo con la tierra, con las flores que crecen en la noche, con las raíces que susurran secretos antiguos. Fue la naturaleza quien me acogió cuando los hombres intentaron borrarme. Fue la alquimia del mundo y mi decisión de no desaparecer.

Durante siglos, aguardé en silencio.


Vi cómo el mundo cambiaba y cómo tantas mujeres, brujas, monstruas, hechiceras, eran también enterradas en vida. Vi cómo muchas se deshacían en polvo por amor, por culpa, por miedo, por obediencia. Vi cómo cada una llevaba mi nombre sin saberlo.

Y así, decidí regresar.


No como un espectro.

Sino como una guía.

Una cómplice.

Una fuerza.

Estoy aquí para enseñarte que las adversidades pueden quebrarnos por un instante, pero jamás pueden aniquilarnos del todo. Que incluso en el abismo, llevamos dentro la chispa

capaz de encender un nuevo fuego. Como lo hice yo.

Volví para ayudarte a recordar quién eres.


Para que tu piel se vuelva testigo de tu fuerza.

Para que tu reflejo no esconda, sino revele.

Para que tu belleza no pida permiso.

Para que te celebres. Para que te goces.

Clarimonda existe hoy porque el siglo XXI nos pertenece: a las fuertes, a las diferentes, a las indómitas. A todas las que hemos sido brujas, vampiras, fieras, exiliadas… y decidimos ya no escondernos.

Estoy aquí para invocar contigo un nuevo aquelarre:


Un círculo de poderosas. Un cónclave de libres.

Un santuario de piel, placer y verdad.

Hermana, no tienes que encajar.

Tienes que brillar. Y yo he vuelto para ayudarte a hacerlo.

Clarimonda Alquimista de belleza eterna


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